Muñecas que son robots realistas
La fusión de tecnología y sexo da lugar al fenómeno conocido como «sextech», que incluye desde juguetes hasta muñecas sexuales con IA. La línea entre el mundo real y el mundo virtual se vuelve más borrosa cuando se trata de placer. La experiencia sexual tal como la conocemos está condenada a desaparecer.
La línea que separa el sexo en el mundo real y el virtual es cada vez más permeable, según Love My Senses La industria de sextech logró avances significativos en la última década con la introducción de los primeros robots sexuales en el mercado, y se predice que para el año 2050, las interacciones sexuales humano-robot pueden superar en número a las interacciones humano-humano con mayor frecuencia. La experiencia sexual tal como la conocemos está condenada a desaparecer.
La fusión de tecnología y sexo se conoce como «sextech» e incluye una amplia gama de dispositivos, desde juguetes sexuales hasta robots sexuales. Los primeros ejemplares de estos humanoides ya pueden adquirirse hoy; se pueden diseñar físicamente, se pueden elegir sus rasgos de personalidad y se pueden programar para lograr una experiencia sexual más placentera.
La primera muñeca sexual
El lanzamiento de Harmony, el primer robot sexual con inteligencia artificial, marcó el año 2018 en este sentido (IA). Es una muñeca a tamaño real creada por la empresa estadounidense Real Doll. Harmony tiene un cuerpo diseñado para el coito que está unido a una cabeza interactiva que se mueve, habla, escucha y gime.
Tiene un precio inicial de $6.000 y puede recordar las preferencias sexuales de la persona que está con ellos. El usuario puede configurar la personalidad del robot e incluso elegir su acento al hablar además de elegir sus características físicas, como el color de pelo y el tono de piel.
Ha pasado menos de una década desde el inicio de la tecnología sexual, pero la producción ya ha avanzado significativamente. Emma, una de las muñecas sexuales con calor corporal, conversación inteligente y robótica facial, fue presentada por la compañía AI en China.
Sergi Santos, un científico español en nanotecnología, creó a Samantha, una muñeca sexualmente realista fabricada en China que tiene un sistema operativo sofisticado que permite a los usuarios relacionarse con ella de una manera amistosa, romántica o sexual. La misma empresa estadounidense que creó Harmony dio a conocer un prototipo de Henry, la versión masculina del robot sexual, en Estados Unidos.
En Argentina, TTD, un sexshop con sede en la ciudad de Córdoba, importa objetos sexuales desde 2015 y recientemente incorporó robots e IA.
Los venden a través de su tienda online y otras plataformas que aseguran la privacidad de sus clientes.
TTD fue el primer importador de estos productos en el país y actualmente ofrece 507 modelos. Uno de sus dueños, Javier, dice que el mercado es análogo al de los celulares en que diariamente sale un nuevo modelo de una fábrica diferente con un sistema musculoesquelético, articulaciones y tecnología diferente.
Los que llegan al país miden 1,56 cm, pesan 34 kilogramos, hablan inglés o chino y tienen incorporado un sistema de control de temperatura. El robot cuenta con un sistema de gestión de acentos que permite configurar el contenido que utilizará para comunicarse con el fin de mejorar la experiencia sexual. Además, reproduce gemidos, tiene sensores táctiles incorporados e incluye todos los componentes necesarios para una correcta higiene.
Por la expresión de su rostro, el robot equipado con IA que se vende en Argentina, según anuncian en su sitio web, “no es solo un robot de juguete, también es un compañero en la vida real”.
Como resultado, lo aconsejan para satisfacer necesidades fisiológicas y psicológicas. “La mayoría de los clientes no lo tratan como un sextoy (juego sexual), si no de manera afectiva. En conversación Javier explica que tiene clientes que vienen a verlos, a maquillarlos, e incluso tatuarlos Estos clientes ya han comprado 5 o 6 de los artículos y los tienen repartidos por toda la casa en varias habitaciones, como la sala de estar, la cocina y los dormitorios.